Es poco probable – a menos que
conozca bien la ciudad y sus costumbres – que el improbable lector haya oído hablar
de unos sanfermines chiquitos a principios de otoño. Como se trata de una
curiosidad que da para hablar de ella en esta bitácora, pondré en antecedentes
al lector ocasional, casual o improbable, pero siempre paciente.
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