Ya se sabe cómo somos los jubilatas con ganas de marcha. Siguiendo aquella vieja máxima que proponía instruir deleitando, este sábado hacemos con la agrupación ateneísta Aire Libre una marcha por la calzada romana, desde las Dehesillas hasta Valsaín.
Seguimos el trazado caminero según las investigaciones arqueológicas realizadas en 2009 sobre el terreno, que han reconstruido el recorrido que seguía esta vía hasta alcanzar el puerto de la Fuenfría.
Este segmento corresponde a la Vía XXIV del Itinerario Antonino, que unía Toledo con Segovia. La reconstrucción del trazado, mientras no aparezcan nuevos hallazgos que lo modifiquen, nos marca un camino que sube, en suave pendiente, en sentido N.E, parte del cual está solapado con/o borrado por las trazas de caminos históricos posteriores.
Parece que la calzada fue perdiendo su funcionalidad cuando, con la caída del imperio romano, y a falta de una autoridad que se ocupase de su mantenimiento se fue borrando su trazado por efectos de la erosión o las obras de acondicionamiento de nuevos caminos. En la Edad Media se comenzó a usar el llamado Camino Viejo de Segovia, que tenía, al parecer, una utilidad ganadera. En el S. XVIII, cuando Felipe V mandó construir el palacio de la Granja, se trazó la ahora llamada calzada borbónica para unir el palacio a la capital.
Los montañeros, desde siempre, hemos confundido esta calzada borbónica, empedrada en gran parte, con la vieja vía romana.
La borbónica es una calzada que sube al puerto por derecho, a las bravas, con pendientes que alcanzan hasta el 22 % de desnivel, como en la cuesta llamada "del reventón", mientras que la romana nunca supera el desnivel de un 8%. Se adapta a las curvas de nivel y asciende en suave zigzag, como corresponde a una sabia labor de ingeniería, que de eso los romanos sabían.
Por si no eran bastantes estas tres vías que - a tramos - se superponen, se cruzan o van en paralelo, existe una cuarta: la carretera de la República, construida en los años 30 del siglo pasado, que en algún tramo a borrado la vía romana.
Y, para complicarlo un poquito más, la senda Smithd (que viene desde Navacerrada hasta la Fuenfría), también coincide en un pequeño tramo con la vieja calzada. Pero no hay que preocuparse, cada camino tiene su propia señalización; así, la romana está marcada con puntos verdes; la borbónica con puntos blancos, la senda Smithd con amarillos...
Sin olvidar el último: el Camino de Santiago, que lo han trazado sobre la propia calzada.
Para salvar los arroyos, tan abundantes por estos montes, la calzada dispone del puente del Descalzo. Según parece, construido en tiempos de Felipe V sobre otro puente romano del que no quedan vestigios. Pero como los puentes son una solución costosa, a lo largo del trazado se ha recurrido a una solución más barata y también efectiva: los vados.
Los hay para salvar el arroyo del Infierno, el de la Fuenfría, el del Minguete... Un empedrado acanalado permite que las aguas atraviesen la calzada sin encharcar el firme de la misma y permitiendo el paso de viandantes y carruajes. Quizás, el del Minguete, transpuesto el puerto de la Fuenfría, sea el más vistoso de todos. Reconstruido, eso sí, pero muy ilustrativo.
Bueno... Para no cansar al improbable lector, habida cuenta que en esta bitácora no se imparte conocimientos ni doctrina, sino que se habla de las cosas que ve y hace este jubilata que aquí se explaya, se recomienda vivamente, a quien esto leyere, que se calce las botas y eche a caminar por estas pinaradas de Valsaín y disfrute de su verdor y la hermosura de estos paisajes serranos. Yo hago bastante con decirlo. No se sentirá defraudado.
Eso sí, sudará durante el ascenso: son 600 m de desnivel. Pero piense que encontrará varias fuentes a lo largo del camino: la de la Salud, la de la Fuenfría, en lo alto del puerto, la de la Reina, la Romana...
Además, a lo largo del camino hay muchos paneles informativos que le irá ilustrado, a la vez que se llena los ojos de paisaje, los pulmones de aire puro, y el espíritu de belleza natural. Y todo eso sólo con sudar un poquito....
Qué maravilla!! Caminar por allí!!
ResponderEliminarDicen que el Imperio Romano era sus caminos. Estaban tan bien hechos, que aún algunos todavía son transitables. No por nada aquello de que "todos los caminos conducen a Roma".
Saludos!!!