En estos pasados días carnavaleros de titirimundis callejeros
acogotados por la pesada maquinaria oficial anti Gora-Alka-Edarra, que hila poco
fino en cuanto alguien se sale del camino trillado, preocuparse por la salud
económica del Deutsche Bank parece cosa de frívolos ociosos. Más todavía cuando
quien lo hace no tiene idea de provecho sobre ese mundo de las altas finanzas;
ni ideas, ni conocimientos, aunque sí una cierta preocupación que le reconcome
porque, si el Deutsche peta, nos encontraremos ante un déjà vu que nos va a salir por un ojo de la cara, como el que aún
estamos pagando. Y además, no habrá cuerpo social que aguante otro envite
parecido.
La cosa fue que, huroneando por Internet a la busca de
información paralela, o divergente, de la que se cocina en los pesebres
mediáticos, mediatizados por los capitales de la industria de la información, o
por el fondo de reptiles de las zahúrdas ministeriales, este jubilata fue a dar
con una noticia económica sobre los malos resultados del Deutsche Bank, ese acorazado
desde el que la Alemania industriosa enseñorea Europa. Dice la noticia que el
2015 fue el año con las mayores pérdidas de su historia, con un agujero en su
casco de 6.700 millones de euros.
Uno, en su ignorancia de estas materias, no tiene muy
claro qué significa eso de que “los CDS (acrónimo de credit
default swaps) del
gigante bancario alemán se han disparado hoy 32 puntos hasta los 222 puntos
básicos”, y que la prima de riesgo del Deutsche se ha cuadruplicado. Pero
ignorar las claves de esa parlería economicista no impide que, a quien lo lea,
se le pongan los pelos como escarpias si se para a pensar que ya en el 2008 nos
hablaron de credits defaults, subprimes,
bonos basura, y de unos tales Lheman Brothers y Goldman Sachs (que debían ser una especie de Deutsche Bank, pero
en versión yanqui). Un pepinazo en su línea de flotación hizo que todo el mundo
capitalista se pringara de la mierda acumulada en su sentina, y todavía hiede
ocho años después.
Imagino la cara de susto que se le pondrá al improbable
lector cuando se entere que los swaps sobre
la deuda subordinada de un banco tan serio como el Deutsche, orgullo de
la economía alemana, ascendieron 56 puntos hasta los 441. Por su culpa, los
títulos de la deuda de más riesgo del banco alemán bajaron hasta un mínimo de
70 céntimos, el Dax germano bajó un 3,3% al cierre de la bolsa y aquí, el Ibex
35, un 4,44%, lo que nos tiene la economía en un sinvivir.
Además, ya sabemos que cuando el Ibex 35 se constipa, los políticos serviles de Hispanistán le ponen parches Sor Virginia que pagamos los hispanistanes a escote. Así que, cumpliéndose la teoría del aleteo de la mariposa que levanta huracanes, como llegue a petar el gigante alemán, aquí nos va a sacudir tal maremoto el chiringuito playero que no va a quedar títere con cabeza.
Además, ya sabemos que cuando el Ibex 35 se constipa, los políticos serviles de Hispanistán le ponen parches Sor Virginia que pagamos los hispanistanes a escote. Así que, cumpliéndose la teoría del aleteo de la mariposa que levanta huracanes, como llegue a petar el gigante alemán, aquí nos va a sacudir tal maremoto el chiringuito playero que no va a quedar títere con cabeza.
Por eso, de verdad, un servidor entiende a los políticos de la casta:
Entre el sinvivir de los casos de corrupción, las Ritas a las que hay que
blindar ante las pesquisas judiciales, los flacos resultados electorales que no
dan para apalancar la sinecura del cargo - por un lado -, y el Presidente del
Eurogrupo, el impronunciable Jeroen Dijsselbloem, exigiendo un nuevo recorte de
10.000 millones de euros a España - por el otro -, amén el pufo que puede suponernos el desparrame del Deutsche, echar mano de unos titiriteros callejeros (encima
contratados por la roja de la Carmena) es un recurso inmejorable para que el
respetable no se entere de la misa la media.
Pero ya sabemos que el capitalismo es como la hidra a la
que Hércules iba cortando cabezas: por cada una cercenada, le salían dos. Y si
no, no hay más que venir a mi barrio. En la sucursal del Deutsche Bank de la
Avenida Donostiarra están haciendo obras de remodelación, y eso a pesar de
todos los credits defaults swaps, del
agujero de 6.700 millones de euros y de sus batacazos en Bolsa. Y si
la cosa de la macroeconomía se hace de nuevo añicos, pues no pasa ná; aquí estamos
para pagar los platos rotos y lo que ustedes gusten mandar. Siempre se podrá echar mano de algún
antisistema con rastas o de algún titirivaina a los que colgar el sambenito goralkaetarra... y el retablillo de don Cristobal y sus héroes de cachiporra continuará como si nada.
Ante todo y sobre todo, en defensa de los valores de
Occidente. Claro está.
Decía el conocido dicho griego que "zapatero, a tus zapatos". Yo he estudiado Economía en las más prestigiosas facultades inglesas y tengo vrios másteres en otras tantas de los Estados Unidos de América. irva este currículo pincelado para decirle que no me verá usted nunca opinar sobre teatrillos de poca monta o titirireros callejeros de bajo nivel como usted mismo reconoce. Y no me verá nunca en esas lides porque yo entiendo de Economía y es de lo que puedo hablar con (alto) fundamento. por tanto, y no se ofensa, le pido que hable usted de titiriteros y deje la Economía para los estudiosos de probados conocimientos (le repito que he estudiado en excelentes facultades británicas y de los Estados Unidos americanos). No se ofenda: me cae usted bien y hablemos de lo que sabemos, haga el favor.
ResponderEliminarEstá muy padre el artículo. Mis dies ahí se los dejo.
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