Leído en el parque del barrio- |
Doña Cifuentes, a la que veíamos tan sonriente, tan segura de sí
misma, tan dueña de la situación, resulta que no era la reina en esta partida de ajedrez,
sino un simple peón que han dado a comer de una forma ignominiosa. Ni siquiera
le han dado opción a una retirada digna, o al menos, discreta. Ha sido paseada
desnuda, como lady Godiva, para que todos viésemos sus vergüenzas; sin la
posibilidad, como la lady aquella, de cubrirse la desnudez con sus melenas
rubias. Ya no importaba que sus títulos masteriles fuesen verdad o apaño – eso ya es pecata
minuta –, es que la pillaron llevándose dos botes de crema del súper hace siete
años. Y aunque los pagó, supongo que con desgana y por evitar escándalos
mayores, alguien guardó una copia del vídeo por si hacía juego, en caso de urgente necesidad.
Y, sí, la necesidad política ha exigido poner en juego aquel vídeo
ominoso. Había que echar al perro de la finca so pena de perder la finca por
culpa de los ladridos del perro.
Estos días, este jubilata, que siente compasión ante la desgracia
ajena, lee por esos andurriales internauticos, por las redes sociales, ve en la tele y escucha a las
gentes, cómo la Cifu (ya hasta el “doña” le hurtaremos) mangaba cosas en el colegio
mayor que dirigió en tiempos; sus compañeros de máster echaban de menos objetos cuando
ella estaba presente y, ya puestos, era una cleptómana empedernida que, seguro,
seguro, se llevaba los lápices de su despacho y el papel de la fotocopiadora.
Pero, como no todo es un lodazal, a veces, uno encuentra alguna
margarita entre las hozaduras de los puercos. Y eso en los lugares más
insospechados. Por si el improbable lector no lo ha oído, el Pablo Iglesias,
ese arquetipo del “izquierdismo radical” en cuyas manos no debía caer el
gobierno de Madrid, según la defenestrada, dijo que en política hay límites, y
destruir a un ser humano es inaceptable. También en un artículo, Juan Torres se
pregunta sobre el límite de la maldad en política. Y a este jubilata, que le ha
pillado la cosa en fase compasiva, le ha parecido bien que sean los oponentes
políticos quienes muestren empatía con la exluchadora neoliberal. Porque la
individua, dura ella, no ha caído en la lona noqueada por un contrincante, sino por una
zancadilla del palanganero que cobra de la nómina de los fondos de reptiles.
Siempre al servicio de los altos intereses de la patria, claro está.
En fin, no se sorprenda el improbable lector de lo leído, este jubilata sigue
siendo un progre escorado a la izquierda. No olvida que doña Cifuentes
estuvo al frente de la policía cuando fue delegada de gobierno y que reprimió
sin contemplaciones los movimientos populares en torno al 15-M. Todavía en casa
recordamos su dureza y recibe las pertinentes maldiciones por ello. Pero el sentido de
humanidad nos obliga, al menos, a no alancear al moro muerto. Para cleptómanos - piensa este jubilata - los banqueros.
Que, mire usted, apreciado aunque improbable lector, la señora tendrá sus trapacerías, pero lo cortés no quita lo valiente.
ESTA POLE SÍ QUE ES INUSUAL. COME SPAM. VIVA ROTO2. VIVA FOROCOCHES. VIVA ILITRI. VENDO ESPACIO EN POLE INMACULADA. POCOS KMS Y SIEMPRE EN GARAJE.
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