Recuerdo que, durante las elecciones presidenciales francesas, el entonces candidato y actual presidente francés, Nicolás Sarkozy, puso en circulación el lema “Travailler plus pour gagner plus” (Trabajar más para ganar más). Fue el lema favorito de su campaña y se pregonó por todos los rincones de la Francia a trompetazo triunfal. Los franceses le creyeron, y le votaron, claro está.
A los pocos meses del inicio de su presidencia, el capitalismo especulativo (los amiguetes que le prestaban el yate para sus vacaciones) dio al traste con la economía mundial, dejándonos a todos en un ¡ay! Los franceses, como cada hijo de vecino, empezaron a quedarse sin trabajo y con los ingresos menguados.
En el número de esta semana, Le Nouvel Observateur echa mano, con cierto recochineo, de la segunda parte del lema “pour gagner plus”, para ironizar sobre los sueldos de los comisarios europeos. Esta es la traducción de la noticia:
A los pocos meses del inicio de su presidencia, el capitalismo especulativo (los amiguetes que le prestaban el yate para sus vacaciones) dio al traste con la economía mundial, dejándonos a todos en un ¡ay! Los franceses, como cada hijo de vecino, empezaron a quedarse sin trabajo y con los ingresos menguados.
En el número de esta semana, Le Nouvel Observateur echa mano, con cierto recochineo, de la segunda parte del lema “pour gagner plus”, para ironizar sobre los sueldos de los comisarios europeos. Esta es la traducción de la noticia:
“Bruselas: Para ganar más.
Se sabía que los comisarios europeos estaban bien pagados (19.909 euros mensuales de salario base), lo mismo que el presidente del ejecutivo europeo (José Manuel Barroso gana 24.422 euros mensuales, o sea, cerca de 300.000 euros anuales, aparte los gastos por alojamiento y representación). Ahora descubrimos que perciben, también, una muy confortable jubilación: hasta el 65% de su salario durante los tres años siguientes a su salida del cargo. Rechazando el término de “paracaídas dorado”, la Comisión defiende este sistema argumentando el hecho de que no hace más que “aplicar las reglas dictadas por los propios Estados miembros de la Unión Europea.”
Lo que no dice Le Nouvel Obs es si, al igual que nuestros diputados de la Carrera de San Jerónimo, los comisarios europeos no aparecen por su escaño más que para apretar el botón que les manda su grupo parlamentario.
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