En estos días en que el FMI nos propone la fórmula mágica de empobrecer a los trabajadores (y clases medias, en general) para enriquecer a empresarios y así relanzar la economía, he estado leyendo en Le Nouvel Observateur las ocupaciones millonarias a que se dedica la caterva de ex presidentes, ex cancilleres, ex primeros ministros, y demás ilustres Ex, de los países democráticos. Al parecer, las sustanciosas jubilaciones que les pagan los Estados (que les pagan los ciudadanos) no son suficientes para su tren de vida, aparte que estos políticos en dique seco se aburren enormemente sin nada que hacer. Como consecuencia, usan sus amistades a alto nivel y sus contactos en el mundo financiero y de negocios para su lucro personal.
Todos ellos han utilizado la política como rampa de lanzamiento para su carrera privada. Cuando estaban en ejercicio todos suponíamos (como en la mili franquista se nos suponía el valor a los sorches) que lo hacían por un afán altruista de servicio a su país. Ahora, a la vista de sus negocios, nos damos cuenta de que no se trataba de una donación desinteresada, sino un préstamo a rembolsar con altos intereses. Crean fundaciones culturales o caritativas, dan conferencias, asesoran empresas y mezclan actividades de supuesto interés público con su lucro personal.
Los ejemplos, contrastados y con cifras que producen mareo, son tan abundantes que no caben en las notas de esta modesta bitácora, así que dejo únicamente algunas pinceladas para conocimiento – y escándalo o envida, según– de los improbables lectores.
Empecemos por Tony Blair, el inventor del socialismo descafeinado. Bernard Arnault (primera fortuna en Francia: Empresa Vouitton-Möet) le ha contratado como “Consultor a tiempo parcial” por un sueldo millonario. Recibió de un editor un adelanto de 7,5 millones por la publicación de sus memorias; la bagatela de cien veces sus ingresos anuales como antiguo primer ministro. Tiene una fundación caritativa, la “Faith Fondation”, donde se mezclan fines caritativos (recordemos que ahora es ferviente católico) y suculentos negocios. Hace cosas tan peregrinas como dar cursos en Yale sobre mundialización y fe, a cambio de un cachet de cientos de miles de euros. Desde que dejó Downing Street ha recibido 16 millones de euros.
El ex canciller alemán Schröder es amigo íntimo de Putin. A las tres semanas de dejar la cancillería, éste le nombró presidente del consorcio Nord Stream, empresa vinculada a Gazprom (200.000 € anuales). Propósito de esta empresa: construir un gaseoducto que suministre gas a Alemania por el mar Báltico para evitar su paso por Ucrania y Polonia. En marzo de 2006 la banca Rothschild le contrató a título de consejero, debido a su amistad con los oligarcas rusos próximos a Putin. En enero de 2009 recibió un cargo directivo en el grupo ruso-britanico TNK-BP, con 200.000 € anuales. Por sus pasados cargos políticos, recibe del Estado alemán 20.000 € mensuales, más la cesión de un apartamento, más coche con chofer, más 6 personas para su staff personal… Ah, sí, los alemanes le llaman Gazpron Kanzler (el canciller Gaspron).
¿Y Bill Clinton? Cuando dejó la Casa Blanca en 2001 debía 12 millones de dólares a sus abogados por el asunto Lewinsky (la becaria chupóptera). En ocho años se ha embolsado 36 millones por dar cursos y conferencias, alguno de ellos a 360.000 € la pieza ¡En 2006 pronunció 352 discursos! Un pequeño ejemplo: Irlanda, 2006, por asistir a un cóctel y verle su carita de rosa, se pagaron 700 € por persona; si, además, te llevabas una foto suya y un ejemplar de sus memorias dedicadas, 2.800 €; los privilegiados que se sentaron a su mesa pagaron 10.000 € sin perder la sonrisa.
Como anécdota, ahí queda ésta: Ronald Reagan, Japón, 1989. Por dos discursos de 20 minutos cada uno: 2 millones de dólares. O sea, 35.000 dólares el minuto ¿Quién da más?
Por aquello de hacer patria, no olvidemos a nuestro ínclito Chema, perpetuo guardián de los valores patrios. Sabemos que es “Profesor invitado” en la universidad Georgetown de Washington. Además, es el único “administrador” no anglosajón del grupo de prensa Murdoch; plato de suculentas lentejas con el que, por cierto, le gratificaron por su inquebrantable adhesión a la agresiva política de Bush el Nefasto. Además, es “consejero especial” del fondo de pensiones Centaurus Capital ¿gracias a quién? Al inefable Sarkozy. Y es presidente de la FAES, esa cátedra desde donde pontifica e imparte doctrina neoliberal concentrada.
Si el improbable lector de esta bitácora quiere saber más, que lea en los números 2359 y 2360 de Le Nouvel Observateur de estas últimas semanas. Yo ya he cumplido…
Todos ellos han utilizado la política como rampa de lanzamiento para su carrera privada. Cuando estaban en ejercicio todos suponíamos (como en la mili franquista se nos suponía el valor a los sorches) que lo hacían por un afán altruista de servicio a su país. Ahora, a la vista de sus negocios, nos damos cuenta de que no se trataba de una donación desinteresada, sino un préstamo a rembolsar con altos intereses. Crean fundaciones culturales o caritativas, dan conferencias, asesoran empresas y mezclan actividades de supuesto interés público con su lucro personal.
Los ejemplos, contrastados y con cifras que producen mareo, son tan abundantes que no caben en las notas de esta modesta bitácora, así que dejo únicamente algunas pinceladas para conocimiento – y escándalo o envida, según– de los improbables lectores.
Empecemos por Tony Blair, el inventor del socialismo descafeinado. Bernard Arnault (primera fortuna en Francia: Empresa Vouitton-Möet) le ha contratado como “Consultor a tiempo parcial” por un sueldo millonario. Recibió de un editor un adelanto de 7,5 millones por la publicación de sus memorias; la bagatela de cien veces sus ingresos anuales como antiguo primer ministro. Tiene una fundación caritativa, la “Faith Fondation”, donde se mezclan fines caritativos (recordemos que ahora es ferviente católico) y suculentos negocios. Hace cosas tan peregrinas como dar cursos en Yale sobre mundialización y fe, a cambio de un cachet de cientos de miles de euros. Desde que dejó Downing Street ha recibido 16 millones de euros.
El ex canciller alemán Schröder es amigo íntimo de Putin. A las tres semanas de dejar la cancillería, éste le nombró presidente del consorcio Nord Stream, empresa vinculada a Gazprom (200.000 € anuales). Propósito de esta empresa: construir un gaseoducto que suministre gas a Alemania por el mar Báltico para evitar su paso por Ucrania y Polonia. En marzo de 2006 la banca Rothschild le contrató a título de consejero, debido a su amistad con los oligarcas rusos próximos a Putin. En enero de 2009 recibió un cargo directivo en el grupo ruso-britanico TNK-BP, con 200.000 € anuales. Por sus pasados cargos políticos, recibe del Estado alemán 20.000 € mensuales, más la cesión de un apartamento, más coche con chofer, más 6 personas para su staff personal… Ah, sí, los alemanes le llaman Gazpron Kanzler (el canciller Gaspron).
¿Y Bill Clinton? Cuando dejó la Casa Blanca en 2001 debía 12 millones de dólares a sus abogados por el asunto Lewinsky (la becaria chupóptera). En ocho años se ha embolsado 36 millones por dar cursos y conferencias, alguno de ellos a 360.000 € la pieza ¡En 2006 pronunció 352 discursos! Un pequeño ejemplo: Irlanda, 2006, por asistir a un cóctel y verle su carita de rosa, se pagaron 700 € por persona; si, además, te llevabas una foto suya y un ejemplar de sus memorias dedicadas, 2.800 €; los privilegiados que se sentaron a su mesa pagaron 10.000 € sin perder la sonrisa.
Como anécdota, ahí queda ésta: Ronald Reagan, Japón, 1989. Por dos discursos de 20 minutos cada uno: 2 millones de dólares. O sea, 35.000 dólares el minuto ¿Quién da más?
Por aquello de hacer patria, no olvidemos a nuestro ínclito Chema, perpetuo guardián de los valores patrios. Sabemos que es “Profesor invitado” en la universidad Georgetown de Washington. Además, es el único “administrador” no anglosajón del grupo de prensa Murdoch; plato de suculentas lentejas con el que, por cierto, le gratificaron por su inquebrantable adhesión a la agresiva política de Bush el Nefasto. Además, es “consejero especial” del fondo de pensiones Centaurus Capital ¿gracias a quién? Al inefable Sarkozy. Y es presidente de la FAES, esa cátedra desde donde pontifica e imparte doctrina neoliberal concentrada.
Si el improbable lector de esta bitácora quiere saber más, que lea en los números 2359 y 2360 de Le Nouvel Observateur de estas últimas semanas. Yo ya he cumplido…
Pero bueno, don Juan José, ¡qué me dice! ¿Que a Schröder sólo le pagan 200.000 euros anuales por ser presidente de Nord Stream? Vamos, vamos, o faltan ceros o es que ese consorcio está muy mal.
ResponderEliminarEcho de menos saber que ha sido de otros ex presidentes españoles, aunque si sólo menciona a Chema, será porque los otros se han zambullido en la precariedad más absoluta.
¡Y qué me dices del Clinton, tío (dicho con toda propiedad)! 352 discursos en un año. ¿No se merece ser rico alguien que trabaja todos los días del año menos Acción de Gracias y Navidad y poco más?
Menos mal que la Tierra es del Viento...