No sé si esta frasecita inventada por el PP para dar tranca en la pasada campaña electoral europea será efectiva; más si se para uno a pensar que pretenden que es culpa de los sociatas lo que sus amigos ideológicos neoconservadores han desgraciado. Aunque me imagino que no, que se trata nada más que de la típica consigna electorera para mover a convencidos.
Pero éste no es el asunto de hoy.
Con campaña europea o sin ella, hay un feliz mortal al que le han arreglado la vida: al tal Ronaldo Cristiano, ese chaval portugués de 24 años al que van a pagar 9 millones de euros por cada una de las seis temporadas que va a jugar con el Real Madrid. Haciendo un mal chiste, siendo millonario y Cristiano, tiene esta vida arreglada y la otra garantizada.
Como a todos nos gustaría tener a mano algún Florentino que nos cotizara por las nubes, o por lo menos repartiera la pedrea de millones, creo que deberíamos empezar por cambiar los estatutos de esa fábrica de hacer dinero que se llama Real Madrid. Siendo “Real”, nada tiene de extraño que mantenga una sociedad estamental, tipo antiguo régimen, donde la nobleza del Pie de Oro recibe todas las rentas, mientras que la plebe ha de contentarse con embrutecer las meninges, vociferar en el estadio y pagar la entrada. Mejor sería convertirlo en el “Democrático” Madrid y que los millones los invirtiera en créditos a 0% interés entre sus afiliados.
No me hagan caso, son cosas mías.
Lo que de verdad me preocupa es si, durante un partido, llega un contrario y le arranca al Cristiano ese una pierna o un brazo y va el árbitro y manda que los tiren a la basura. A 9 millones por temporada, cada extremidad sale a 2.250.000 € anuales. Imaginad si hay que buscar dos millones y cuarto de euros en los cubos de basura. Imaginad que eso ocurre en el primer encuentro y que Florentino tiene que pagarle las seis temporadas; no olvidemos que hay contrato de por medio. Seguro que el Estado tiene que hacerse cargo, como cuando hace unos meses ha tenido que subvencionar a los bancos, hundidos por la especulación financiera de sus dirigentes, hábiles en ingeniería contable. O de los presupuestos generales del Estado haya que subvencionar a los aficionados para que compren la entrada, de la misma forma que se está subvencionando a los compradores de automóviles. O, simplemente, hay que ponerles un estanco al Cristiano y otro a Florentino para que tengan un ir pasando; precisamente ahora que la gente está dejando de fumar.
Quizás, la mejor solución sería fichar a un sin papeles, pagarle el sueldo base –sin seguridad social, claro está– y hacerle jugar partidos de 12 horas diarias. Si por un casual se le rompiese una pierna, o un brazo, no habría más que tirar pierna o brazo al contenedor de basuras y dejar al chaval a la puerta de urgencias para que la sanidad pública se hiciera cargo de él. El negocio seguiría funcionando igual y bastaría con dar un manguerazo al césped para limpiarlo de sangre, acercarse a la primera patera que arribara a Motril y contratar a otro ilegal de buen porte.
Business are business, Florentino. Y al que no le guste, es ateo y comunista.
¡Ah! y Jaime Lissaveztsky (socialista de pro), Secretario de Estado para el Deporte, no sabe o no contesta. Bueno…, sí contesta: “Es un precio astronómico, pero pertenece al ámbito privado de los clubes de fútbol”. Y yo pregunto ¿Dónde guardan estos socialistas la palangana de Pilatos con la cantidad de manos que hay que lavar?
Claro que, lo que aquí he dicho, es poco serio. Mejor si se lee el artículo de Rosa Artal sobre el partícular. Ese sí tiene seriedad periodística y por eso dejo aquí el enlace:
http://rosamariaartal.wordpress.com/2009/06/11/lo-que-pagan-94-millones-de-euros/
Pues mira lo que he opinado del artículo que mencionas. Bueno, no lo puedo pegar. En fin, me parecio absolutamente demagógico.
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