miércoles, 12 de agosto de 2009

Una visita a la zona media de Navarra.-




Toda la vida recorriendo Navarra, y hasta hace pocos días no me he enterado de que existía uno de los monumentos barrocos más impresionantes: la basílica de San Gregorio Ostiense. Un templo que ya existía en el S. XIII, pero cuya fábrica actual es barroca, iniciada en el S. XVII.
Quien visita estas tierras advierte enseguida la gran riqueza de construcciones románicas. No en vano, Navarra es la puerta de entrada del camino de Santiago, donde confluyen los cuatro clásicos caminos franceses: las vías Podense, Turonense, Lemovicense y Tolosana. A través de ellas, la arquitectura románica entró en España, y Navarra es un lugar privilegiado en cuanto a la cantidad y calidad de muestras de este estilo arquitectónico.
Sin embargo, no abundan las muestras del barroco, o, por lo menos, quedan oscurecidas por la profusión de los monumentos románicos. Por eso, descubrir que existe un complejo arquitectónico tan rico y exuberante como esta basílica, llama más la atención. Yo tuve la suerte de conocer su existencia en una conversación familiar y decidimos hacer una visita al lugar.
Su fachada tiene la teatralidad de los grandes edificios barrocos, con dos cuerpos de grandes columnas salomónicas, hornacinas con imágenes y un remate absidial, en cuarto de esfera. Al interior, una cúpula octogonal decorada en el estilo rococó propio del S. XVIII. Pero, es mejor darse una vuelta por este lugar para apreciar lo llamativo de su decoración y disfrutar del paisaje circundante. Para hacerse una idea, dejo un par de fotos.

1 comentario:

  1. Pues, sí, me dan ganas de visitar su tierra, don Juan José. Pero haga publicidad de la gastronomía, que me dará envidia...

    ResponderEliminar