A veces, de las casualidades nacen los conocimientos. Conocer la existencia del arquitecto brasileiro Dento María Pinheiro ha sido posible gracias a la entrada que, sobre Tarsila do Amaral, colgué el otro día en mi bitácora. Un cúmulo de casualidades hizo que Agostinho Pinheiro, sobrino-nieto de tan ilustre arquitecto, leyese mi reseña e hiciese alguna alusión a la atormentada relación amorosa que la pintora mantuvo con el arquitecto a su regreso a Brasil, en 1925, cuando tuvo origen el movimiento pictórico-literario conocido como Pao Brasil. Relación, por otra parte, desmentida con energía por la ya anciana, doña Tarufa de Praxiles, prima segunda y confidente de la pintora. De este cruce de notas, que amenazaba ser tan borrascoso como los amoríos frustrados del arquitecto y la pintora, ha surgido mi curiosidad por saber más de Dento María Pinheiro, del que nunca antes había tenido referencias.
Su sobrino-nieto, Agostinho Pinheiro, con quien me puse en contacto vía Internet, ha tenido la amabilidad de invitarme a visitar la Fundaçaõ Pinheiro do Río de Janeiro, sita en la Alameida de Toroço Quintanalua 357, uno de los lugares más emblemáticos de la capital carioca, donde se conserva el legado del arquitecto. Lamentablemente, mi sueldo de jubilado no me permite un desplazamiento a Río de Janeiro, por lo que he tenido que recurrir a las hemerotecas españolas para rastrear noticias sobre tan insigne arquitecto y urbanista de vanguardia como fue dom Dento María. Por otro lado, su obra es poco conocida (lamentablemente, debería decirse), en nuestro país. Contribuye a ese desconocimiento el que los protocolos fundacionales de la Fundaçaõ Pinheiro prohíban expresamente desplazar documentos fuera de su sede, ni siquiera para exposiciones temporales. De ahí la dificultad para lograr información suficiente sobre uno de los padres de la arquitectura moderna.
También por pura casualidad, llegó a mis manos una entrevista que cierto arquitecto salmantino, de nombre Tomás Serrano, hizo a dom Dento María con motivo de su centenario. En dicha entrevista (publicada en ARQSCOAL, años 05-06, pp. 23-26) se hace un recorrido por su quehacer profesional, y un repaso a sus hallazgos arquitectónicos e imaginativas soluciones a problemas habitacionales que nadie, antes que él, había encarado con tanta genialidad.
Hay que destacar su fugaz y fructífero contacto con la Bauhaus y con el movimiento contraconceptualista, que fueron el paso previo a su opción por el deconstructivismo positivista que ha marcado de forma indeleble su trayectoria posterior. De su primer periodo brasileño se conserva memoria gracias al complejo arquitectónico pied-à-terre de 10.512 favelas P. O. con garaje y trastero, en la playa de Ipanema, que durante todo el pasado siglo marcó tendencia en cuanto a vivienda social. De su periplo norteamericano, conviene recordar su pertenencia al Five Architects Group, la ampliación del edificio Pan Am (tan original como polémica, cuya foto acompaña a este texto), el emblemático Carrot Building y, muy especialmente, su celebérrima Flute Tower, cuyo desplome dio origen a la controvertida teoría de los rascacielos horizontales y el consiguiente ahorro energético de los ascensores. Por dos veces recibió el afamado premio Puitzker.
Parece ser que su vida sentimental fue azarosa. De las mujeres que pasaron por su vida, aparte Milagros da Ponte o Tarsila do Amaral (fugacísimo romance), no puede silenciarse a Katheryna van der Rohe, que le supuso un enfrentamiento personal y profesional con Le Corbusier. Durante muchos años estuvo casado con Angelinha Rhodrigues da Salmanteira, quien tras la enésima caída de la bici estática sufrida por Dento María, mandó que se le operase la cadera. Periodo de inactividad física que fue fructífero en creatividad arquitectónica.
Hasta aquí, lo que yo sé a través de los documentos consultados. Respecto a su vida amorosa, su sobrino-nieto Agostinho, en una noche de caipirinhas y confidencias, me relató uno de sus más jugosos y breves amoríos que no me resisto a transcribir, sin ánimo de caer en la crónica rosa.
“En 1960, mientras se rodaba La dolce vita –según me contó Agostinho–, Dento Mª Pinheiro visitó Roma y quedó prendado de las exuberancias carnales de Anita Ekberg, a la que –rememorando el rapto de las Sabinas – raptó utilizando una biga romana tirada por dos fogosos caballos cartujanos. Federico Fellini, a lomos de la vespa de Paparazzo, persiguió por las callejuelas de la Subura a los amantes, hasta darles alcance en el Palazzo Barberini, donde se jugó la dama a los dados con Dento. Marcelo Mastroniani, muerto de celos, cayó en una profunda depresión porque consideraba que él era la prima donna y, por lo tanto debía ser el objeto amoroso del arrebatador amante. A partir de entonces, Mastroniani juró no actuar en nuevas comedias del costumbrismo italiano. De ahí su nueva etapa de filmografía social, cuyo mayor exponente fue Sostiene Pereira.”
Lamentablemente, es todo lo que sé sobre tan memorable arquitecto.
Su sobrino-nieto, Agostinho Pinheiro, con quien me puse en contacto vía Internet, ha tenido la amabilidad de invitarme a visitar la Fundaçaõ Pinheiro do Río de Janeiro, sita en la Alameida de Toroço Quintanalua 357, uno de los lugares más emblemáticos de la capital carioca, donde se conserva el legado del arquitecto. Lamentablemente, mi sueldo de jubilado no me permite un desplazamiento a Río de Janeiro, por lo que he tenido que recurrir a las hemerotecas españolas para rastrear noticias sobre tan insigne arquitecto y urbanista de vanguardia como fue dom Dento María. Por otro lado, su obra es poco conocida (lamentablemente, debería decirse), en nuestro país. Contribuye a ese desconocimiento el que los protocolos fundacionales de la Fundaçaõ Pinheiro prohíban expresamente desplazar documentos fuera de su sede, ni siquiera para exposiciones temporales. De ahí la dificultad para lograr información suficiente sobre uno de los padres de la arquitectura moderna.
También por pura casualidad, llegó a mis manos una entrevista que cierto arquitecto salmantino, de nombre Tomás Serrano, hizo a dom Dento María con motivo de su centenario. En dicha entrevista (publicada en ARQSCOAL, años 05-06, pp. 23-26) se hace un recorrido por su quehacer profesional, y un repaso a sus hallazgos arquitectónicos e imaginativas soluciones a problemas habitacionales que nadie, antes que él, había encarado con tanta genialidad.
Hay que destacar su fugaz y fructífero contacto con la Bauhaus y con el movimiento contraconceptualista, que fueron el paso previo a su opción por el deconstructivismo positivista que ha marcado de forma indeleble su trayectoria posterior. De su primer periodo brasileño se conserva memoria gracias al complejo arquitectónico pied-à-terre de 10.512 favelas P. O. con garaje y trastero, en la playa de Ipanema, que durante todo el pasado siglo marcó tendencia en cuanto a vivienda social. De su periplo norteamericano, conviene recordar su pertenencia al Five Architects Group, la ampliación del edificio Pan Am (tan original como polémica, cuya foto acompaña a este texto), el emblemático Carrot Building y, muy especialmente, su celebérrima Flute Tower, cuyo desplome dio origen a la controvertida teoría de los rascacielos horizontales y el consiguiente ahorro energético de los ascensores. Por dos veces recibió el afamado premio Puitzker.
Parece ser que su vida sentimental fue azarosa. De las mujeres que pasaron por su vida, aparte Milagros da Ponte o Tarsila do Amaral (fugacísimo romance), no puede silenciarse a Katheryna van der Rohe, que le supuso un enfrentamiento personal y profesional con Le Corbusier. Durante muchos años estuvo casado con Angelinha Rhodrigues da Salmanteira, quien tras la enésima caída de la bici estática sufrida por Dento María, mandó que se le operase la cadera. Periodo de inactividad física que fue fructífero en creatividad arquitectónica.
Hasta aquí, lo que yo sé a través de los documentos consultados. Respecto a su vida amorosa, su sobrino-nieto Agostinho, en una noche de caipirinhas y confidencias, me relató uno de sus más jugosos y breves amoríos que no me resisto a transcribir, sin ánimo de caer en la crónica rosa.
“En 1960, mientras se rodaba La dolce vita –según me contó Agostinho–, Dento Mª Pinheiro visitó Roma y quedó prendado de las exuberancias carnales de Anita Ekberg, a la que –rememorando el rapto de las Sabinas – raptó utilizando una biga romana tirada por dos fogosos caballos cartujanos. Federico Fellini, a lomos de la vespa de Paparazzo, persiguió por las callejuelas de la Subura a los amantes, hasta darles alcance en el Palazzo Barberini, donde se jugó la dama a los dados con Dento. Marcelo Mastroniani, muerto de celos, cayó en una profunda depresión porque consideraba que él era la prima donna y, por lo tanto debía ser el objeto amoroso del arrebatador amante. A partir de entonces, Mastroniani juró no actuar en nuevas comedias del costumbrismo italiano. De ahí su nueva etapa de filmografía social, cuyo mayor exponente fue Sostiene Pereira.”
Lamentablemente, es todo lo que sé sobre tan memorable arquitecto.
En la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid Dento Pinheiro pronunció una sonada conferencia en los estertores del franquismo que le supuso una noche en los calabozos de la Puerta del Sol. En una de sus paredes dejó constancia de su versatilidad arquitéctonica con unos croquis "al fresco" de un complejo de pareados que contibnuó en la celda del vecino. Lamentablemente el alcalde de Madrid mandó en 2004 pintar todas las paredes, acabando así con sus únicos vestigios en nuestro país.
ResponderEliminarCoño, Campero, ¡qué casualidad! Te había perdido la pista cuando saliste con la amnistía y me dijeron hace unos años que te habías metido a promotor. ¡Joder, qué nivel! Ynos encontramos ahora en este blog... Ya sabes que yo soy muy aficionado a las visitas a los museos y a las escapadas como D. Juan José. Yo del arquitecto ese me acuerdo mucho, toda la noche pidiéndonos tabaco para demostrar que había dejado de fumar y el muy cabrón tiraba los pitillos y los pisaba, ¡no te fastidia! (perdón por la expresión). A ver si volvemos a coincidir algún día.
ResponderEliminarMe parece poco serio usar un blog de tanto nivel cultural para el chalaneo de dos "mataos". Como se entere don Antonio Moyano, van a saber lo que es guardar el respeto.
ResponderEliminarDesde hace tiempo vengo observando ciertos comentarios que debiera tamizar, don Juan José. Le sugiero que todos los comentarios pasen antes el filtro de su aprobación. Un saludo
ResponderEliminarA.M.