viernes, 16 de enero de 2009

Iniciando la aventura

Sospecho que un blog para un jubilata jubilante, en el fondo, es como bajar al bar todas las tardes a echar la partida. Si te molestan los ruidos de los parroquianos y la cochambre propia del bareto del barrio, eso del blog es el gran invento. Delante de tu pantalla, navegas por los océanos internaúticos, ves mundos que nunca encontrarías en los palos de la baraja, vas y vienes por mil islas hechas de electrónica e imaginación y, cuando te cansas, un leve ¡clic! y el mundo desaparece de tu vista.Y encima, tienes tu propio libro de bitácora. Prefiero llamarlo "bitácora" y no "blog", que al fin y al cabo, uno siente escasa simpatía por el mundo anglosajón, aunque reconoce que, puestos a inventar, se les da mejor que a nosotros. Se ve que el "Que inventes ellos", aparte su originalidad, es un lastre que arrastramos.
Pues, eso, decía que uno dispone de su bitácora y en ella va dejando constancia de lo que ve y vive, dentro de esta galaxia Internet y en la vida corriente.
Por lo demás, que dure y que lo veamos.

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