Pensábamos que eso de nevar se quedaba, como mucho, para los pueblos de la Sierra. Cada invierno que ha ido pasando, si queríamos ver nieve, teníamos que subir a Navacerrada, a Cotos o a cualquier otro puerto de montaña. Hoy la tenemos en la puerta de casa y, para personas que nacimos allá por los mediados del siglo pasado, viene a ser como retroceder hasta la infancia, cuando había que abrir caminos paleando nieve para llegar a la fuente pública o a la tienda. Y, encima, no dejábamos de ir a la escuela porque si no íbamos, en casa nos caneaban.
Ya sé que en estos casos, la foto que acompaña al comentario ha de ser de algún lugar tópico de puro emblemático -Cibeles, por ejemplo-, pero también nieva en los barrios y por eso dejo esta foto del mío, el Barrio de la Concepción; un barrio, para mi gusto, cómodo para vivir, bien comunicado y con abundancia de servicios (mercados, colegios, polideportivo, un bonito parque, bien comunicado por metro y bus). Habitado por jubilatas que llegaron aquí, siendo jóvenes, cuando se construyó allá por los años cincuenta del pasado siglo, y también por inmigrantes que han ido rellenando las bajas que el tiempo ha ido causando entre la población envejecida.
Ya sé que en estos casos, la foto que acompaña al comentario ha de ser de algún lugar tópico de puro emblemático -Cibeles, por ejemplo-, pero también nieva en los barrios y por eso dejo esta foto del mío, el Barrio de la Concepción; un barrio, para mi gusto, cómodo para vivir, bien comunicado y con abundancia de servicios (mercados, colegios, polideportivo, un bonito parque, bien comunicado por metro y bus). Habitado por jubilatas que llegaron aquí, siendo jóvenes, cuando se construyó allá por los años cincuenta del pasado siglo, y también por inmigrantes que han ido rellenando las bajas que el tiempo ha ido causando entre la población envejecida.
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