La Agrupación Aire Libre organizó el sábado pasado una visita botánica, con un apéndice cultural, por el parque del Retiro. El propósito era conocer los ejemplares de tejo (taxus baccata) que hay diseminados por el parque: 52, según el inventario que ha hecho Guillermo García, simpatizante de la Agrupación. Inventario que sigue abierto, ante la posibilidad de que puedan descubrirse otros ejemplares, desconocidos hasta ahora.
Nuestra primera parada ha sido en el jardín del Parterre, frente al Casón del Buen Retiro, para ver el ejemplar de árbol más impresionante de todo el parque: el ahuehuete, o ciprés mejicano; también falso tejo (taxodium mucronatum), que si no es una taxácea pura, tiene en común con éstas la forma de sus hojas, aciculadas y opuestas sobre el tallo.
El mejor ejemplar de tejo que puede verse en el Retiro es el que está junto al palacio Velázquez. Es un árbol de gran porte, con tres pies, muy frondoso, que está catalogado como árbol singular por la Comunidad de Madrid. Crece en una esquina de este palacio, edificio que se construyó para la exposición Metalúrgica y Minera de 1887.
Pero de todos los visitados, algunos ejemplares no son taxus bacata, sino que pertenecen a la variedad cefalo taxus. Éstos están en el paseo que bordea la Rosaleda y se diferencian con facilidad de los bacata porque sus hojas son más grandes y bastas, y el fruto aparece en forma de racimos como de uvas. Los frutos del taxus bacasa están formados por un arilo rojo y carnoso, que envuelve un pequeño grano de simiente.
De todos los ejemplares visitados en el recorrido, el más hermoso para mí es uno que descubrimos hace meses cerca de la plaza Costa Rica, muy próximo a la estatua de fray Pedro Ponce de León, del que tengo una bonita fotografía hecha en aquella ocasión.
Todos los ejemplares vistos han crecido sin podas apreciables, salvo uno que está muy dañado, pero en los jardines de Herrero Palacios (antiguo zoo) hay varios tejos “topiados”, esto es, sometidos a poda ornamental para darles formas geométricas y decorativas, como el que se ve en la foto, con ese lamentable aspecto de tarta de bodas.
La excursión botánica ha dado de sí más de lo que aquí cuento, pero no es cuestión de alargarse. Si se quiere saber más sobre estos tejos del Buen Retiro, en el Boletín de la Sociedad Ateneísta de Aire Libre (del Ateneo de Madrid), en su número 40, diciembre 2008, Guillermo García Pérez ha publicado el artículo “Los Tejos del Buen Retiro", con fotografías y un plano sobre el que se sitúan los ejemplares inventariados hasta ahora.
No hay más que animarse e ir a explorar un poco. La aventura tiene el éxito garantizado.
Nuestra primera parada ha sido en el jardín del Parterre, frente al Casón del Buen Retiro, para ver el ejemplar de árbol más impresionante de todo el parque: el ahuehuete, o ciprés mejicano; también falso tejo (taxodium mucronatum), que si no es una taxácea pura, tiene en común con éstas la forma de sus hojas, aciculadas y opuestas sobre el tallo.
El mejor ejemplar de tejo que puede verse en el Retiro es el que está junto al palacio Velázquez. Es un árbol de gran porte, con tres pies, muy frondoso, que está catalogado como árbol singular por la Comunidad de Madrid. Crece en una esquina de este palacio, edificio que se construyó para la exposición Metalúrgica y Minera de 1887.
Pero de todos los visitados, algunos ejemplares no son taxus bacata, sino que pertenecen a la variedad cefalo taxus. Éstos están en el paseo que bordea la Rosaleda y se diferencian con facilidad de los bacata porque sus hojas son más grandes y bastas, y el fruto aparece en forma de racimos como de uvas. Los frutos del taxus bacasa están formados por un arilo rojo y carnoso, que envuelve un pequeño grano de simiente.
De todos los ejemplares visitados en el recorrido, el más hermoso para mí es uno que descubrimos hace meses cerca de la plaza Costa Rica, muy próximo a la estatua de fray Pedro Ponce de León, del que tengo una bonita fotografía hecha en aquella ocasión.
Todos los ejemplares vistos han crecido sin podas apreciables, salvo uno que está muy dañado, pero en los jardines de Herrero Palacios (antiguo zoo) hay varios tejos “topiados”, esto es, sometidos a poda ornamental para darles formas geométricas y decorativas, como el que se ve en la foto, con ese lamentable aspecto de tarta de bodas.
La excursión botánica ha dado de sí más de lo que aquí cuento, pero no es cuestión de alargarse. Si se quiere saber más sobre estos tejos del Buen Retiro, en el Boletín de la Sociedad Ateneísta de Aire Libre (del Ateneo de Madrid), en su número 40, diciembre 2008, Guillermo García Pérez ha publicado el artículo “Los Tejos del Buen Retiro", con fotografías y un plano sobre el que se sitúan los ejemplares inventariados hasta ahora.
No hay más que animarse e ir a explorar un poco. La aventura tiene el éxito garantizado.
Pues sí, un aspecto muy lamentable, y más con esa descuidada geometría: Si los "topias", o lo dejas perfecto, como los arbolitos de Eurodisney, o no los toques.
ResponderEliminarHernán Cortés durante "la noche triste" lloró apoyado en un ahuehuete, que todavía se conserva (o al menos eso dicen) en Mexico DF.
ResponderEliminarEn el siguiente enlace pueden consultarse las fotografías y descripciones de los Tejos del Buen Retiro, pinchando sobre las ubicaciones de los mismos en el mapa del Buen Retiro:
ResponderEliminarhttp://www.euiti.upm.es/index/departamentos/expresion/GALERIA/OTROS/TEJOS/ARTICULO_archivos/Page1394.htm
el willy de la euiti menudo parasito ante la represion tiro en la nuka
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