lunes, 20 de agosto de 2018

Serpientes de verano.-


Así solían llamarse, en tiempos, las noticias que fabricaban los medios de comunicación en verano para llenar papel diario, faltos de noticias de interés porque todo el mundo estaba de vacaciones agosteñas. Los hechos noticiables eran escasos y aburridos y las rotativas no tenían con qué alimentar el papel continuo, así que se inventaba una serpiente que devoraba bañistas (dicho a modo de ejemplo), y ya tenían materia para ir aguantando durante las semanas de agosto, hasta que el Invicto volvía de pescar salmones en Asturias.

Siguiendo esa dinámica, este jubilata ha ido llenando sus vacaciones serranas escribiendo cartas al improbable lector desde la casa y museo donde suele vacar estos últimos veranos. Eso hasta que la santa y un servidor nos hemos ido unos días a Pamplona, huyendo de los ruidos a puro decibelio asesino y del incivismo de las fiestas agosteñas en Rascafría. Fiestas patronales que llenan nuestra calle Ibáñez Marín de meadas y clínex húmedos alineados en la tapia, como fusilados, con menosprecio al decoro y la higiene pública, y el pobre arroyo Artiñuelo que convierten en un vertedero de envases y plásticos.

Claro está, son subjetivaciones - digámoslo así - y gruñidos de un jubilata setentón, así que el improbable lector no tiene por qué tomárselos al pie de la letra. Ya se sabe, llegados a cierta edad nos volvemos reaccionarios de izquierdas (como suele decir Raúl) y no tenemos aguante.

Pues resulta que, seis días en la capital del Reyno de Navarra, leyendo el diario (así llaman popularmente por estas tierras al Diario de Navarra), han sido como un toque de atención de la realidad que se está viviendo estos días en ambos reinos: el de la patria chica y el de España (dicho sea sin que hablar de ellos, los reinos, signifique tomar partido por tal opción).

Y como si fuesen las vidas paralelas de las que hablaba Plutarco, en ambos reinos, dos noticias, cada cual en su terreno, han llamado la atención de este lector y le han hecho dar vueltas al majín. En Pamplona, la serpiente (o sapo) que se ha tragado el gobierno cuatripartito con lo del Gaztetxe Maravillas, comuna libertaria montada en el antiguo palacio del Marqués de Rozalejo, propiedad de gobierno de Navarra, ocupado por una amalgama de gente de Bildu, anti sistemas puros, okupas en ejercicio, feminismo de brega, radical/nacionalistas, anarquismo y cualquier desencantado con el sistema capitalista. Una especie de falansterio de fraternidad universal – propiedad de todos los navarros, pero usufructuado por los anti – en el que no cabemos los que cobramos pensión, o viven de su nómina y pagan IRPF, ni otros subyugados por el capitalismo y el Estado centralista, sin previa y explícita renuncia a ellos.

Doña Uxue Barkos, presidenta de la comunidad foral y miembro de Garoa Bai – una especie de sucursal del PNV en Navarra – tiene que lidiar con sus socios de gobierno EH Bildu/Podemos, por un lado, y con la ciudadanía por el otro. En medio, el célebre Gaztetxe Maravillas, un paraíso igualitario desalojado por los forales el pasado día 20 y reokupado horas después, con dejación de obligaciones (y consentimiento, según malas lenguas) por parte del gobierno foral, ya que ha renunciado a un nuevo desalojo, primero, y recuperación, después, de la propiedad pública. No puede considerarse que el uso actual del inmueble por personas distintas del propietario sea un mantenimiento contrario a la voluntad del titular", ha dicho el juez en su auto. Si el cuatripartito se la envaina, el juez no tiene más qué decir, así que los forales quietos paraos. Y los ciudadanos, maravillados. 

Lo del paralelismo plutarquiano venía al caso porque aquí, o sea, en todo el Estado español, a Pedro Sánchez también le están saliendo unos granos independentistas que le tienen todo el verano en un puro rasca-rasca. Eso del Torra incitando a sus huestes a atacar al injusto Estado español es para amargarle las vacaciones a cualquier pedrosánchez; más si el conglomerado PP/Ciudadanos entra al juego y le hacen bullying al buen chaval que es Pedro en pleno patio de recreo. 

La cosa es de tratamiento antidepresivo si todos se ponen de acuerdo (independentistas catalanistas y nacionalistas españolistas) para joderle el verano y la gobernanza al bueno de Sánchez. Quien, como ya sabemos, es hombre de maneras tranquilas y de diálogo con no importa qué agitadores de banderas. Por esas cosas de la política, resulta que tanto montan los Puigdemones/Torra enrabietados de amarillo como los Casado/Albert, aprendices  de líderes carismáticos de unidad de destino en lo universal.

Y este jubilata, que le da demasiadas vueltas a las cosas, pensaba, en pura teoría y por tratar de entender: ¿Podrá extrañar a nadie que un Estado soberano, aunque solo sea por puro instinto de supervivencia, replique con contundencia a una amenaza de agresión tan explícita? ¿Qué dirá a sus ciudadanos si, como el cuatripartito navarro, se la envaina, calla y otorga? ¿Qué autoridad tendrá para exigir el cumplimiento de las leyes a sus gentes? Amarillo me pongo de darle vueltas a tanto interrogante sin respuesta clara.

Por eso, regresamos a Rascafría, donde confiamos que los servicios municipales de limpieza hayan limpiado los purines de tanta vejiga juvenil como desaguó en nuestra tapia; hayan restituido la limpieza del cauce del sufrido Artiñuelo, y un servidor pueda hacer largas caminatas por robledales y pinares. Que tampoco pide mucho este jubilata: disfrutar de la naturaleza por unos días más y poner entre paréntesis las cosas de la política, hasta que septiembre nos asenderee por los caminos habituales del día a día.