domingo, 16 de septiembre de 2012

Políticos para los ratos libres.-

Aunque a la fuerza, este jubilata se incorpora a las actividades habituales tras disfrutar de un permiso carcelario de dos meses y diez días. Lo de “permiso carcelario” viene a cuento porque está condenado, como quien dice, a cadena perpetua en este Madrid de múltiples contaminaciones. Pero no se queja, que ha empezado a tomarle el pulso a las noticias de la cosa pública y descubre aliviado que el batiburrillo político sigue como estaba: cada vez más a peor; o, en palabras del ínclito Mariano que nos preside, “como dios manda”. Y ya se sabe que el dios neoliberal, por mediación de su profeta Frau Merkel, nos manda estos padecimientos en justo castigo por haber vivido por encima de nuestras posibilidades.

Madrugada en Mercamadrid
Desconectado del mundo exterior durante tanto tiempo, temí que el contacto con la cruda realidad fuese insoportable. Sin embargo, observo aliviado que la política nos trae propuestas ingeniosas, a modo de fogonazos de clarividencia. Como el asunto ese de suprimir los sueldos de los parlamentarios de Castilla-La Mancha, que ha decidido doña Cospedal para aliviar la angustia presupuestaria de su comunidad autónoma. Que conste que a este jubilata no le parece mal - salvo opinión más autorizada – eso de que aquéllos cobren por horas trabajadas y luego se ganen la vida peleando por la puta pela en la calle, como todo hijo de vecino.
En cuanto encuentre un rato, al hemiciclo

Pero, quizás, la propuesta más ingeniosa y cargada de razón es la que ha hecho la también, por mal nombre, conocida como “Bien Pagá” al defender que todo profesional del curre (fontanero, electricista, camarero…) dedique su tiempo libre a la política. Digamos, para entendernos, que llega el pescatero del mercado de Ventas, cierra el negocio a las ocho de la tarde, se da una ducha para no oler a pescadilla, y se va al hemiciclo de su elección a discutir si rescate blando, si recortes sanitarios, si niños comiendo de tartera en el cole… Lo que toque en el orden del día parlamentario. Todo es cuestión de encontrar un rato libre.
Aun apoyando a muerte tal propuesta, este jubilata le ve un pequeño fallo a la cosa del frutero o el charcutero dedicados a la política en sus ratos libres. Y es que esta gente no tiene casi ratos libres, si por ello se entienden los tiempos muertos entre el trabajo y el descanso nocturno.

Semillero de políticos

Un servidor sabe que el frutero, o el pescatero, se levantan antes de las cinco de la mañana, se van a Mercamadrid a llenar la furgoneta con lo del día, llegan al puesto, colocan la mercancía, los carteles de los precios y se pasan el día atendiendo a los clientes. Cuando termina la jornada, hay que recoger el género, limpiar el puesto y llegar a casa. Para cuando eso, son las mil y tantas, y el pobre profesional esta ya para pocos parlamentos.
Por su cuenta, este jubilata quiere hacerle una sugerencia a doña Cospe. Le aconsejaría que dejase tranquilos a electricistas, fontaneros, carniceros, fruteros, camareros y demás profesionales de la pequeña empresa y pusiese su mirada sobre otros colectivos que, no por ociosos, resultarían menos útiles para la cosa de la política no profesional. Me refiero a los parados y jubilatas.

Es cosa sabida que el parado no lo es por su propia voluntad y está deseando encontrar un curro. Imagínese la doña de Castilla-La Mancha por un momento a cinco millones y medio de parados poniéndose a pensar en los múltiples parlamentos de este país. La cantidad de soluciones que podrían encontrarse a los graves asuntos que nos angustian. Imagínese a un cuarentón (hipoteca, dos niños…) en el paro estrujándose las meninges para activar la economía y generar puestos de trabajo. Imagínese a una joven licenciada, a miles de ellas, con las maletas a punto, buscando soluciones al paro juvenil. Imagínese, en fin, esos cinco millones y medio trabajando a piñón fijo en eso de encontrar soluciones a los problemas socioeconómicos que nos aquejan. Además, como no cobrarían sueldo parlamentario, serían los primeros interesados en resolver los problemas laborales del país.

Eso no, no cuente con que le resolviesen el problema de los banqueros, corruptos, defraudadores y especuladores de la prima de riesgo. Lo más seguro es que los metieran al trullo, como primera providencia, para ir aclarando, ya con más sosiego, lo que importa: que la sanidad pública funcione, que la educación pública funcione, que las leyes persigan un fin social y que los ciudadanos, por fin esperanzados, se dediquen a la política en sus ratos libres y en cualquier momento que haga falta, por aquello del interés general.
Jubilados dando ideas.
 En cuanto al colectivo jubilata, no quiero recordarle a doña Cospe la experiencia que acumula y las ganas que tiene de serle útil a la sociedad que le mantiene. Como miembro del mismo, me ofrezco para darme una vuelta por el Senado (sería lo más propio) y cribar el articulado de las leyes y darles un texto más literario y menos farragoso, de forma que el fontanero, el frutero, el camarero…, etc. cuando las leyesen entendiesen su contenido como si tuvieran el Marca en las manos, y no el BOE. Eso aparte del morbo que me daría ejercer de abuelo de la patria…

1 comentario:

  1. Por qué no abre el abanico en esta nueva temporada y da algún escobazo a gente a la que no presta nunca atención, tipo Arthur Mas y esos. Utilícelo como sustituto de doña Espe, por ejemplo.

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