martes, 28 de abril de 2009

El Montón de Trigo.-

Para los que no conozcan la Sierra de Madrid, cuando los montañeros hablamos del Montón de Trigo nos referimos a un pico cuyo perfil, visto desde la distancia, es similar a aquellos montones de este cereal que se formaban en las eras después de la trilla y el aventeo del grano. Queda el nombre y el recuerdo de aquella actividad agrícola en este pico esbelto que está entre el puerto de la Fuenfría y el collado de Tirobarra que lleva a la Pinareja. A sus pies transcurre la antigua calzada romana que, desde Cercedilla, trepa hasta el puerto y se tiende hacia la vertiente segoviana.
Lo de subir al Montón de Trigo este sábado fue a propuesta mía, ya que nunca antes había subido allí. Creo que he ascendido a todas las cumbres que están por encima de los 2.000 m de altitud en el Sistema Central, en el tramo que conocemos genéricamente como "Sierra de Madrid", además de parte de Segovia y Guadalajara; por lo menos, a todas las cumbres y todos los puertos que tienen un nombre que los identifique sobre el mapa topográfico. Pero el Montón de Trigo era un monte que se me había quedado olvidado desde hace decenios que ando pateando la Sierra.
Desde las Dehesas de Cercedilla, marchamos por la calzada hasta el puente del Descalzo, donde llegamos a las 10:30 h. En lugar de continuar por ella, atajamos tomando un sendero a la izquierda, que sube a huevo por la ladera del pinar, hasta que recuperamos la calzada ya muy próxima al puerto de la Fuenfría, donde llegamos a las 10:52 h.
A este puerto llegan, además de la calzada romana, el camino de Segovia y la carretera de la República, que también salta hacia el lado segoviano. Y casi en la confluencia de caminos, un monolito granítico hace referencia a la calzada, construida en tiempos del emperador Vespasiano (S. I de nuestra era). Venía esta vía desde Cauca y Segovia, y saltaba la Sierra en dirección a Meaccum, Titulciam y Complutum (Alcalá de Henares). Curiosamente, este monolito tiene grabada en la parte superior una concha jacobea, que desconcierta un tanto porque parece fuera de lugar. Por eso, conviene decir que desde hace años alguna institución jacobípeta tuvo la ocurrencia de inventarse y trazar un “camino de Santiago” que, iniciándose en el mismísimo kilómetro 0 de la Puerta del Sol, pasa por Colmenar Viejo, Cercedilla, sube el puerto de la Fuenfría siguiendo la calzada romana, y continúa hacia tierras de Segovia, para desembocar en el Camino Francés a la altura de la antigua Asturica Augusta (Astorga). Por eso, uno puede ver las marcas amarilla (señalización propia del Camino) por algunas calles de Madrid, como yo las he visto cerca del Piramidón (el hospital Ramón y Cajal), y por caminos de la Sierra.
Respecto al trazado de la calzada, parece que fue muy modificado en tiempos de Felipe V y hay opiniones autorizadas que marcan el trazado de la vía romana, en alguno de sus tramos, por distinto lugar a lo que nosotros conocemos por tal calzada romana. Como es cuestión de especialistas determinar si es trazado romano o posterior cañada empedrada, dejo aquí este interesante enlace por si alguien quiere informarse:
http://traianus.rediris.es/viasromanas/fuenfria.htm
Volviendo a nuestra marcha, no subimos directamente al Minguete, que es la ascensión habitual desde el puerto hacia el Montón de Trigo, sino que continuamos un poco por la carretera de la República, dirección Segovia, para abandonarla seguidamente y recuperar otro tramo de la calzada romana. El arroyo del Minguete, que baja por la depresión entre éste y el Montón de Trigo, atraviesa la calzada por un badén en la misma, solución que plantearon para que corriese el agua sin inundarla y que sigue operativa.
Siguiendo el curso del arroyo, aguas arriba, llegamos al collado que une una y otra alturas, a las 11:30 (estamos a 1.960 m de altitud). Desde el collado a la cumbre del Montón tardamos media hora más, siguiendo la senda que asciende por la falda y atraviesa una pedrera. Desde arriba (a 2.135 m de altitud) divisamos las cumbres de los alrededores cuando las nieblas se despejan: Siete Picos, de perfil, la Bola del Mundo y, más lejos las Cabezas de Hierro; por el lado de Segovia, a nuestros pies el Collado de Tirobarra y a lo lejos la Pinareja (o cabeza de la Mujer Muerta) y, cubierta por la niebla, la Peña del Oso. A nuestros pies, todos los pinares de Valsaín. El pinar oscuro está moteado de manchas de nieve, y las nubes forman celajes que ocultan a ratos las montañas circundantes.
Como el paseo se nos queda un poco corto, decidimos ir al Minguete, por lo que bajamos hasta el collado, subimos el Minguete, y seguimos por el Bercial para bajar al collado de Marichiva, donde llegamos a las 13:20. Mientras caminamos desde el Minguete por la divisoria interprovincial, vemos que han tirado algunos tramos de la alambrada que separa la reserva de caza del lado segoviano. Posiblemente, obra de cazadores furtivos para que las piezas salgan de la reserva y poder abatirlas, se nos ocurre pensar.
Nos ponemos en Marichiva a las 13:20 h. Protegidos del viento y el frío por la tapia de piedra, comemos nuestros bocadillos y charlamos. Una hora después, iniciamos la bajada por el camino de los puntos rojos, nos cruzamos con el viejo camino de Segovia, y bajamos próximos al arroyo de Majavilán, hasta la fuente de piedra labrada que tiene forma de frontón triangular, cruzamos el portillo metálico y llegamos a los aparcamientos de junto a Casa Cirilo. Son las 15:03 m.
Hemos pisado un poco de nieve, las previsiones meteorológicas pronosticaban lluvias, pero ha habido suerte: sólo hemos tenido nieblas en las zonas altas, y frío, que es lo propio en estos días. Prácticamente toda nuestra marcha ha transcurrido entre pinos silvestres, que forman la gran pinarada de Valsaín. En las zonas altas, enebros rastreros, piornos y pastos de altura. A veces, planeando sobre nuestras cabezas, algún buitre.

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