viernes, 23 de abril de 2010

Día del Libro.-


A algunos no nos llaman al Círculo de Bellas Artes a leer un capítulo del Quijote en tal día como hoy, ni pretendemos tanta notoriedad. Opinamos como el caballero de la Triste Figura: “Llaneza, muchacho, que toda afectación es mala” y nos dedicamos a menesteres que sí tienen que ver con la celebración del Día del Libro, aunque como peones de brega.
Como en años anteriores, el programa del Libro Solidario ha montado sus chiringuitos en la cuesta de Claudio Moyano y el Museo de la Ciudad, donde hemos ofrecido libros a 2 €, que es como dar duros a peseta. Que no intentamos hacer negocio, sino darnos a conocer y que se conozca nuestra labor.
Precisamente, en estas semanas estamos empeñados en recaudar 1.900 euros para enviar una biblioteca de 2.000 volúmenes – que ya tenemos preparada – a Puente Piedra, un municipio próximo a Lima, y andamos arañando euritos por aquí y por allá con ese propósito. Lo recaudado hoy ayudará a ese fin.
Ser voluntario en una ONG, a veces, tiene efectos colaterales, como el de volverse un poco cara – por una buena causa, que eso siempre justifica mucho – y meter la mano en los bolsillos de amigos y familiares para que se expliquen económicamente y colaboren. Y eso es lo que un servidor ha hecho estos días, bombardear a todos aquellos de los que tiene dirección de correo electrónico a ver si aflojaban los cordones de la bolsa y ayudaban en el empeño.
Y, ya puestos, dejo aquí el enlace a Libro Solidario, por si suena. Total, si el Sr. Matas ha reunido 3 millones de euros para eludir la cárcel, mis conocidos, amigos, familiares e improbables lectores de esa bitácora bien pueden reunir 3 euros (cada uno, ojo) para un fin mucho más honorable. Que si los del Opus practican lo que el de Barbastro definió como “la santa desvergüenza”, tampoco nos vamos a avergonzar nosotros por este pellizco, que a sablazo no llega, y menos todavía a saqueo de las arcas públicas.
Bien pensado, 3 euros son tres libros enviados a una escuela, donde ni siquiera el maestro se puede permitir el lujo de comprar libros porque son casi tan inasequibles al interesado como lo es para nosotros, ciudadanos de a pie, disponer de los coches blindados de nuestros jerarcas municipales.
¡Ah! El próximo 18 de mayo, Día Internacional de los Museos, también montaremos unos chiringos en la cuesta de Claudio Moyano, el Museo de la Ciudad y en San Antonio de la Florida, a ver si el respetable se da un garbeo por allí, se lleva unos libros y va llenando de moneditas el cepillo.
… Eso de pedir es lo que tiene, que coges carrerilla y no paras.

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