miércoles, 1 de octubre de 2014

Paraísos.-



El CCCM viene a ser como la CCCP de la extinta Unión Soviética, pero en plan club privado donde se retiran a sestear los viejos elefantes de la política. Es pura coincidencia lo de las iniciales CCC pero unas y otras son un paraíso a su modo. La CCCP (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) aspiraba a ser el paraíso igualitario donde cabrían todos los desheredados de la tierra. El CCCM (Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid) es un paraíso excluyente donde solo caben unos pocos privilegiados.

Diez, exactamente, contando al exministro Ruiz Gallardón. Precisamente ese que hace unos días nos dijo que dejaba todos sus cargos públicos y se retiraba de la política. Claro que, gente que sabe de estas cosas, como Iñaki Gabilondo, ya nos lo pronosticó más o menos así: “Gallardón dice que se va de la política, mañana lo tendremos otra vez”. La verdad, joden los profetas que aciertan. Sobre todo porque algunos ciudadanos ya nos habíamos hecho la ilusión de que don Alberto se retiraría a sus lares para escribir sus memorias y demostrarnos qué lumbrera pierde la Patria con el desaire que le ha hecho Mariano.

Uno se pregunta qué utilidad tiene eso de la CCCM y, según parece, es que se dedican a asesorar en cuestiones de legislación a los municipios madrileños y la comunidad autónoma. Lo cual debe ser algo de absoluta necesidad  para el buen funcionamiento de la cosa pública de la administración madrileña en general; y no hay por qué dudar de ello, para algo fue invento de doña Espe, la Lideresa carismática. 

Lo que no se entiende bien – este jubilata, al menos, no lo alcanza con sus entendederas – es por qué políticos de postín que rompen la baraja y dicen que se van del todo, al día siguiente se montan de nuevo en el coche oficial y se apoltronan en un chiringuito hecho a su medida. Dos ejemplos tenemos en casa: la susodicha doña Espe, quien dijo que dejaba la política y se iba a cuidar a su mamá, y terminó de presidenta del PP en Madrid; y ahora don Alberto, quien no ha tenido tiempo ni de deshacer las maletas de ministro y ya es flamante Consejero consultor de un club exclusivo, por cuya pertenencia le pagamos 5.500 € (impuestos aparte) todos los ciudadanos de esta provincia.

El improbable lector me echará en cara que no hable de otros que han hecho otro tanto o parecido. Le aseguro, sin faltar a la verdad, que un servidor está hecho un barullo y solo recuerda unos pocos. Así, a bote pronto, ahí está el inefable Arias Cañete, que dejó un ministerio anodino por una poltrona en la Eurocámara, más cómoda y con mejor paga. Aparte que le van a nombrar, según dicen, comisario de Acción Climática y Energía, que es como darle las llaves del gallinero a la zorra.


Que hay otros muchos de otro signo político, haberlos haylos. Antiguos dirigentes socialistas, ahora viejos y gordos a quienes cualquier Podemos callejero les espeluzna y no aspiran más que a una vida confortable y a los menos alborotos posibles. En estos momentos me viene a las mientes el señor Leguina, consocio de Gallardón en la CCCM, y don Felipe (el González, no el VI), quien preside un comité de sabios de la Unión Europea y, en sus ratos, asesora a Carlos Slim, el hombre más rico de Méjico y de parte del universo. Que cada cual vaya engrosando la lista a su gusto. Pero que no se olvide: a todos ellos les pagamos su feliz jubilación con largueza. 

1 comentario:

  1. Vicente Grañas Florete3 de octubre de 2014, 12:53

    Todos iguales. Y lo peor es que, ademas de esta prebenda, podrá hacer todos los negocios que quiera aunque, eso sí, cuando vayan a ser tratados por la CCCM, tendrá el detalle de abandonar la sala...

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